El Santo Rosario conmemora veinte misterios de la vida de nuestro Señor Jesucristo y de la Santísima Virgen María recitando después de cada uno de ellos un Padre Nuestro, Diez Avemarías y un Gloria al Padre.
¿Cómo se Reza?
Inicio
Se recita:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
(Se hace la señal de la Cruz en la frente, pecho, lado izquierdo y lado derecho del pecho)
Se recita:
Dios mío, ven en mi auxilio. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
(Se enuncia en cada decena el «misterio que corresponde a cada día», por ejemplo, en el primer misterio: «La Encarnación del Hijo de Dios». Después de una breve pausa de reflexión, se rezan: un Padre nuestro, diez Avemarías y un Gloria. A cada decena del Rosario se puede añadir una invocación. A la final del Rosario se recita la Letanía Lauretana, u otras oraciones marianas)
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y libranos del mal.
Amén.
Avemaría
Dios te Salve, María, l eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Dios te Salve Reina y Madre (Se reza al finalizar el Rosario)
Dios te Salve, REINA Y MADRE, vida, dulzura y esperanza nuestra. Dios te salve, a ti clamamos los desterrados hijos de Eva. A ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lagrimas. Ea, pues, señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos, tus ojos misericordiosos, y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre, oh clemente, oh piadosa, oh siempre Virgen María, ruega por nosotros SANTA MADRE DE DIOS, para que seamos dignos de alcanzar y gozar de las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo.